Julian Garcia Ortiz

Intereses e información!


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¿Cómo alcanzar la satisfacción interior?

No nos enamoramos del potencial del otro, sino de lo que el otro verdaderamente es. Y mientras estemos juntos, alentémoslo para que lo deje salir cada vez más.

Apostar al potencial muchas veces es confiar en el futuro y muchas otras es abrir la puerta a la insatisfacción. El Dalai Lama pregunta: ¿Cómo alcanzar la satisfacción interior? Un método, el más difundido, consiste en tratar de obtener todo aquello que deseamos y queremos: el dinero, la casa, los coches, la pareja y el cuerpo perfectos.

Cuenta una vieja historia que había en Nueva York un joven judío ortodoxo, de treinta y cinco años y buena posición económica, cuya soltería intrigaba a toda la comunidad. Entre las personas religiosas es usual casarse tempranamente para asegurar la formación de una familia numerosa y sana. Todos los días, en la sinagoga, el hombre se quejaba amargamente de la soledad que sentía y le contaba a quien se le acercaba cuánto anhelaba casarse.

-Si deseas tanto hacer una familia, ¿por qué no te has casado todavía? —le preguntó un día un viejo Rebc que estaba de visita en la ciudad.

-Porque nunca he conocido a la mujer de mis sueños —replicó el joven.

-¿Puedes describirme cómo sería esa mujer? —preguntó el Rebe. Yo le pediré al Señor que te cruces con ella.

-Seguro que puedo —respondió el joven soltero.

Buscó entre los bolsillos de su largo sobretodo negro hasta que encontró una fotografía bastante provocativa de Pamela Anderson en un escueto bikini, se la acercó al rabino y le dijo:

-Quiero una como ésta, que sea judía y que estudie el Talmud.

La desventaja evidente del enfoque es que tarde o temprano nos encontramos con algo deseado pero que no podemos obtener y el bienestar desaparece. De hecho, aun siendo conscientes de que la motivación fundamental es la búsqueda de la satisfacción, muchas veces ésta no aparece ni siquiera después de conseguir plenamente el objeto de nuestro deseo.

El método que el Dalai recomienda es mucho más fiable. Consiste en aprender a querer y apreciar lo que ya tenemos. El verdadero antídoto del anhelo es la aceptación y no la posesión. En el budismo se acepta el principio de causalidad como una ley natural. Así, por ejemplo, en el campo de las experiencias cotidianas, si se producen ciertos acontecimientos indeseables, éstos serán indudablemente el resultado de la situación anterior que naturalmente no podía desembocar en otra cosa que no fuera la acontecida. Por lo tanto, si queremos tener una experiencia determinada, lo más lógico es buscar y acumular aquellas causas y condiciones que favorezcan su acontecer.  

Fuente: Dalái Lama

mongol dalaï, océano, y del tibetano bla-ma, maestro espiritual. Traducido literariamente como «océano de sabiduría», este título fue forjado por el jefe mongol HYPERLINK «http://es.wikipedia.org/wiki/Gengis_Khan»HYPERLINK «http://es.wikipedia.org/wiki/Gengis_Khan»Genkhis Khan , al aceptar a Sönam Gyatso como maestro excepcional, alentando al pueblo mongol a la conversión al budismo HYPERLINK «http://es.wikipedia.org/wiki/Vajrayana»HYPERLINK «http://es.wikipedia.org/wiki/Vajrayana»vajrayana. Nótese que en este caso, dalaï era la traducción de «Gyam-tsho» (Gyatso), el apellido de los dalai-lamas desde Gedun Drup. , del BUCAY Jorge, El camino de la felicidad.


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Vivir de verdad!

 
En su tratado sobre el bienestar humano contemporáneo, H. L- Mencken define al
hombre verdaderamente satisfecho de su sueldo de la siguiente manera: "alguien que
gana 100 dólares más que el marido de su cuñada".
Vivir de

verdad es ser el que verdaderamente soy. Más allá y más acá de quién seas tú y

de lo que esperes de mí.
Tu presencia me actualiza y me confirma, pero no me define.

Vivir "de verdad" significa, precisamente, dejar atrás todos los personajes que he
creado para otros.
Abandonar el papel que diseñé para inscribirme en una sociedad determinada.
Dejar salir lo que llamo "el yo verdadero", sinónimo de "el héroe escondido".

 
Pero… ¿cómo se hace para saber si estoy siendo el que soy o estoy actuando

lo que me

dijeron que sea?

En primer lugar, asumiendo seriamente la tercera de mis tres verdades ("siempre se
puede decir que no") y tornando la decisión, sin duda heroica, de no dejarme forzar
jamás a ser lo que no soy. Bastaría con esto. No hace falta mucho más.
 
Dicho de otra manera:

¿Es esto que hago lo que quiero hacer o estoy tratando de complacer a alguien?

Lo mejor de mí, aunque a ustedes no les guste, es lo que soy.
Lo mejor de cada uno de ustedes, aunque a nadie le simpatice, es lo que cada uno de
ustedes es.
Y puede ser que seamos muchos aquellos a los que no nos guste.
Y a pesar de todo… valdrá la pena.
Digo siempre, bastante en broma y muy poco en serio:

Cuando uno finge, cuando uno representa un personaje, cosecha un montón de
relaciones hipócritas, diplomáticas, de poco valor y de poca trascendencia. En cambio,
cuando uno es quien es… ¡no hay quien lo detenga!
 
Fuente: BUCAY Jorge, El camino de la felicidad.


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Me gustaria ser

 
      Una tarde, hace muchísimo tiempo,
            Dios convocó a una reunión.
                  Estaba invitado un ejemplar de cada especie.
Una vez reunidos, y después de
       escuchar muchas quejas, Dios soltó
              una sencilla pregunta: «¿Entonces, qué te gustaría ser?”
         a la que cada uno respondió sin tapujos y a corazón abierto:
    La jirafa dijo que le gustaría ser un oso panda.
El elefante pidió ser mosquito.
       El águila, serpiente.
            La liebre quiso ser tortuga, y la tortuga, golondrina.
                El león rogó ser gato.
La nutria, carpincho
    El caballo, orquídea.
         Y la ballena solicitó permiso para ser zorzal…
       Le llegó el turno al hombre, quien casualmente venía de recorrer el camino de
la verdad, hizo una pausa, y esclarecido exclamó:

            «Señor, yo quisiera ser… feliz.»